En 1948 El Abad de la Basílica, Monseñor Feliciano Cortés y Mora, solicitó al Hno. Antonio María Lozano, entonces Asistente del Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que tomaran la dirección del “Coro de Infantes”.
Los superiores recibieron con agrado la solicitud, toda vez que se trataba de servir directamente a la Madre de Dios en su advocación de Guadalupe; sin embargo encargarse de tan sólo 20 pequeños, ofrecía un campo educativo muy estrecho. Se aceptaba la petición, a condición de abrir en algún lugar cercano, una Escuela en donde los Infantes cursaran sus estudios de Primaria y además se pudiera educar a numerosos niños de la zona de la Villa.
El Abad de la Basílica aceptó la oferta y bendijo a los Hermanos al entregarles la escuela parroquial, que funcionaba en la Calle de Ricarte #32. Esa pequeña escuela se convertiría en la ESCUELA CRISTÓBAL COLÓN.
En 1954 inició la sección secundaria en la Avenida de los Misterios #71, con 40 alumnos, pero ante la gran demanda y el rápido crecimiento de la matrícula, se compró un terreno en Ticomán en 1960. La primera piedra de lo que sería la secundaria se colocó en 1966, inaugurándose en septiembre de 1967. En 1988 se inauguró en las mismas instalaciones de la secundaria la sección preparatoria, que contó con su propio edificio a partir de 1993.
El himno de la escuela nos resalta una de las cualidades necesarias para la formación integral de las personas: la promoción del deporte, por ello en la Escuela se le ha tomado tanto aprecio. El viejo axioma de “MENTE SANA EN CUERPO SANO” es indudablemente reconocido en la ECC. Aquí todos los alumnos deben participar en alguna actividad deportiva; por ello es fácil suponer que egresan muy buenos futbolistas y basquetbolistas, pero sobre todo personas de carácter dispuesta a realizarse y ser mejores cada día.